¿Que hago aqui y por que me quedo?
Y cada vez la respuesta es distinta.
Algunas veces valiente y decidida y otras, alega demencia, y clama fuertemente por claudicar.
¿Y a donde voy si no?
Y como me respondo a mi misma después, cuando me prengunte:
¿Por que te fuiste?
Hoy, justo ahora, cuando estoy en la orilla de lograr algo que ha sido el sueño de varios años...
justo ahora cuando llego al límite de todo, renunciar no es la opción.
Haré el intento, hasta donde mi corazón aguante, hasta donde las fuerzas me den.
Me gusta lo que hago, amo el espacio que he ido construyendo dentro de mi y afuera.
Es invaluable contar con un lugar donde experimentar, probar, echar a perder, jugar, dormir cansada y contenta. Es invaluable tener un equipo en el que confío y con el que crezco dia con dia.
Me siento contenta y agradecida por cada paso dado. Lo demás es disciplina.
Lo que me duele es lo otro.
Romper.
Romperme.
Todos los dias.
Y abrazo mi corazoncito para no llorar, para soltar lo que no es mío.
Para meterme en la cabeza eso que también oi hoy.
No vine aqui a hacer amigos, (¡¿no?!)
No vine aqui a amar a nadie...
No vine aqui a entremezclar mis relaciones con las de los otros.
No vine aqui a mezclarme yo misma con las relaciones de nadie.
No vine aqui a revolver las cosas.
Demasiado tarde.
Demasiado, demasiado tarde.
A todo le pongo corazón.
Y pues nada, en cada cosa voy poniendo un poquito de mi.
Ahora me desenredo todos los dias, solo que sospecho que el día que quite el último hilito, quizás no tenga muchas ganas de quedarme.
Supongo que estará bien.
Irme a sembrar a otro lado, con todo lo que he aprendido aqui.
Después de todo... nadie es indispensable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario